La isla jónica de Zakynthos, con sus acantilados sobre aguas cristalinas y su exuberante vegetación, solía ser conocida como la Flor del Levante. En una ubicación expuesta en la ladera, la villa ocupa dos alturas con espacio para hasta ocho personas y ofrece unas vistas espléndidas.

La vivienda, de nueva construcción, se proyecta desde la ladera en una estrecha meseta y se abre como un volumen acristalado en todas sus caras.

El diseño, transparente y cúbico, es toda una declaración de intenciones pero no parece fuera de lugar. Esto se consigue con el uso de unos pocos materiales: zonas enlucidas en blanco, un acristalamiento de gran formato y un muro de piedra natural que funciona como columna vertebral y conecta la robustez de la construcción con la ligereza y elegancia de la arquitectura moderna.

Se consigue el mismo efecto gracias a la disposición inteligente de las paredes y habitaciones que suavizan la severidad de la geometría de la vivienda.

Con la vista puesta en el mar Jónico, la villa se construyó de adentro hacia afuera. Por eso las vistas desde todas las habitaciones son hacia el mar, requiriendo aberturas más grandes con umbrales planos.

El acristalamiento de suelo a techo con anchos de cara vista mínimos de las correderas, garantiza una panorámica total tanto desde la sala de estar, como los dormitorios y los baños.

Esta villa de nueva construcción cobra vida a través de la interacción de luces y sombras. Las pérgolas ofrecen la protección solar necesaria, así como un lugar protegido para el descanso. La amplias conexiones entre interior y exterior aportan a los habitantes la sensación de estar viviendo en un entorno natural diverso.

La villa se diseño como un lugar de retiro para cualquier momento del año, prestando especial atención a la eficiencia energética así como el aislamiento térmico y acústico. Esto se logra gracias a los sistemas de calefacción y refrigeración instalados en el suelo y con el sistema de correderas Schüco ASS 77.